PRIMAVERA 23 ABRIL
El alba del viernes pasado sorprendió a la luna en un cielo despejado. Me alegré bastante por ello. Cuando estás esperando gente que viene de lejos para conocer Asturias, te apetece que la vean bajo su cara más sorprenderte, soleada, acogedora. Pero poco a poco esa niebla matinal que amenudo invade las mañanas del Sueve, empezó a transformar el paisaje en un lugar de inciertas tonalidades en donde el azul todavía oscuro se tornó en un blanco opaco y el verde nuevo y brillante de las hojas, lucia brumoso, mientras los pájaros ambientaban la escena con mucha marcha sonora. La excursión prevista para el día parecía que se presentaba bien y que esa niebla acabaría disipándose dejándonos un cielo despejado que nos acompanaría en la caminata.
Pero no todo es lo que parece.
Esa niebla matinal se fué transformando como quien no quiere la cosa en una nubosidad variable que rompía un poco mis expectativas. Ya en carretera, volante en mano, observábamos como los macizos de los Picos de Europa con sus cimas cubiertas de cirros, aparecían y desaparecían sin ton ni son; Desde el mirador del Fito, ahí a lo lejos, el mar en calma total parecía formar parte del inmenso cielo gris y viceversa.
El presagio no era especialmente esperanzador pero tampoco apocalíptico o sea que lejos de apocar nuestras ganas de movimiento nos dió incluso más valor para ponernos las botas con decisión, coger chubasquero, guardar un buen bocata en la mochila y emprender ruta hacia el Pico Pienzu, en donde con un poco de suerte a lo mejor podríamos avistar algo de tierra y mar aunque fuera intermitentemente en breves aberturas de cielo entre nube y nube.
La subida por el bosque de hayas centenarias fue especialmente agradable. El verde fluo del musgo cargado de agua. tapizando todo alrededor, le daba al viejo bosque un toque indiscutible de cuento de hadas. El olor a tierra, el sonido del agua del rio, los correteos de las perras husmeando alegremente y las coversaciones de los pájaros, acompañaban gratamente nuestra marcha en silencio.
Collado con caballos, flores jalonando los caminos y nubes literalmente envolviéndonos que acabaron por soltar su exceso de agua lánguida y constante sobre todo nuestro ser y horizonte más cercano.
Un fin de semana más, en el que la lluvia acabó siendo la protagonista y acompañó toda nuestra ascensión con fidelidad y sin darnos visibilidad, hasta que casi nos dimos de bruces con esa gran cruz que derepente se materializó impertérrita ante nosotras dominando el punto mas alto.
Y si esto fue posible fue gracias a nuestra guía de montaña Ruth S., que sin vacilar ni dudar una sola vez en su trazado, nos llevó con suave precisión durante los 1020 positivos a lo alto del Pico.
La bajada fue rápida y lluviosa pero al adentrarnos de nuevo en el bosque, la luz, mezcla de humedad y de gris atardecer, hacía resaltar los detalles y colores boscosos con intensidad. Un momento de luz perfecta para un ojo de fotográfo.
Nuestra excursionista recién llegada de Alicante supo disfrutar con buen humor de la hidratación natural de esta tierra, aunque llegase a casa con los pies mojados.
Pero la aventura húmeda no se acabó aquí
La experiencia del sábado en alta montaña fué intensa y acuática y con mucho mejor tiempo de lo que la lluviosa mañana auguraba;
Aquí os dejo unas imagenes que valen más que las palabras.
La actividad de Paddle Surf con nuestro guía Hugo, entre nubes, cumbres, nieve y un rayo de sol, fué especial!
Las agujetas y el cansancio del domingo paradógicamente reparador.
Enfin, que con lluvia o sin ella y haciendo caso a esa frase de «a mal tiempo buena cara » añadiendo un buen par de botas, todo es posible , siempre y cuando seamos conscientes de ese Bienestar que proporciona el estar al aire libre!!!!!
A repetir en breve!!